Asociación de amigos del vino - Huesca
FASE VISUAL
La
vista,
es
el
primer
contacto
del
catador
con
el
vino.
Es
la
primera
impresión,
la
primera
apetencia.
La
vista
influye
directamente
al
catador
sobre
lo
que
puede
encontrar
en
la
cata.
El
color
nos
da
una
apetencia
o
inapetencia
del
producto,
la
ausencia
de
color
deforma
el
gusto
del
alimento,
luego
el
color
forma
parte
del
gusto.
De
la
misma
forma
que
existen
olores
desagradables
en
el
vino,
también
encontramos colores poco atractivos.
Con
el
examen
visual,
podemos
constatar
en
el
vino:
Su
color,
riqueza
sustancial,
grado
de
evolución,
estado
sanitario
y
la
tipicidad
del
vino
principalmente.
Es
recomendable
realizar
esta
practica
sobre
fondo blanco.
Cuando
las
uvas
están
sanas,
el
color
es
mucho
más
elevado
y
franco,
con
una
vendimia
con
un
alto
porcentaje
de
podredumbre
el
color
es
más
marrón
con
tendencia
al
amarillo.
También
hay
que
señalar
que
los
problemas
actuales
de
falta
de
color
se
deben
a
los
altos
rendimientos
obtenidos
en
en
algunas
regiones
de
España
por
los
excesivos
riegos
rezados
en
plantaciones
tradicionales
donde
nunca
se
había regado anteriormente.
El color evoluciona según:
Las variedades:
Hay ciertas variedades que aportan mucho mas color como merlot, syrah, tempranillo...
La vinificación:
La
oxidación
de
antocianos
da
reflejos
negros.
Una
maceración
en
prefermentación
a
frío
como
una
maceración
mucho
más
larga,
dan
más
color.
El
control
de
las
temperaturas
de
fermentación
y
la
eliminación
de
la
raspa,
dan
una
ligera
pérdida
de
color.
La
vista,
es
el
primer
contacto
del
catador
con
el
vino.
Es
la
primera
impresión,
la
primera
apetencia.
La
vista
influye
directamente
al
catador
sobre
lo
que
puede
encontrar
en
la
cata.
El
color
nos
da
una
apetencia
o
inapetencia
del
producto,
la
ausencia
de
color
deforma
el
gusto
del
alimento,
luego
el
color
forma
parte
del
gusto.
De
la
misma
forma
que
existen olores desagradables en el vino, también encontramos colores poco atractivos.
La crianza y conservación:
Un
grado
de
oxidación
obtenido
a
lo
largo
de
las
manipulaciones,
la
crianza
en
barrica
nueva
o
no,
la
temperatura, y la luz, son factores activos sobre la intensidad colorante de un vino.
Según
la
zona
de
producción,
la
insolación,
la
calidad
del
ciclo
vegetativo,
la
madurez,
etc,
son
de
la
misma forma factores activos.
La fluidez:
La
fluidez
se
observa
en
el
momento
de
servir
el
vino
en
la
copa.
Es
el
índice
del
contenido
de
azúcar
y
glicerol,
según
el
tipo
de
vinos
el
sonido
es
totalmente
diferente.
Si
el
vino
presenta
un
aspecto
aceitoso,
gelatinoso
se
trata
de
la
enfermedad
de
la
grasa.
Si
la
fluidez
es
normal,
generalmente
no
se
refleja.
El brillo:
El
brillo
se
observa
en
el
disco,
junto
con
la
limpidez
del
vino.
La
falta
de
brillo
se
debe
en
parte
a
la
falta de acidez en el vino: vino malcriado, mal embotellado, evolucionado, etc.
El brillo es muy importante en los vinos blancos que deben presentar un brillo perfecto.
Como
vocabulario
podemos
decir
que
un
vino
es
mate,
pasando
a
neto,
franco,
luminoso,
brillante,
centelleante.
Como defectos: Indeciso, Oxidado, Pasado..
El color:
El
color
se
examina
a
partir
de
dos
factores
bien
distintos,
de
la
intensidad
y
de
su
tinte
o
colorido.
La
intensidad
colorante
de
un
vino
se
debe
a
su
riqueza
en
pigmentos.
Esta
depende
del
espesor
del
vino
atravesado
por
la
luz.
La
observación
se
hace
mirando
el
fondo
de
la
copa
inclinándola
ligeramente
y
si
es
posible
con
luz
del
día.
En
general
al
tinte
de
un
vino
se
le
dan
nombres
como
cereza,
rosa,
grosella,
rubí, granate...
La
dominación
del
color
rojo
se
debe
a
la
evolución
de
los
antocianos.
En
un
vino
joven,
estos
pigmentos
los
encontramos
en
el
estado
libre
con
color
azul
intenso,
que
combinado
con
el
rojo
dan
la
tonalidad
violácea.
Con
la
edad
los
antocianos
se
alían
con
los
taninos
para
dar
el
marrón
en
el
conjunto.
Las lágrimas:
Durante
mucho
tiempo
se
creía
que
el
graso
del
vino,
lágrimas
en
las
paredes
de
la
copa
que
descienden lentamente a lo largo de la superficie del vidrio, se producían por el glicerol.
Pero
no
es
exactamente
así.
Se
producen
por
el
alcohol
que
tiende
a
modificar
la
tensión
superficial
del
líquido y a formar gotas de vino sobre la copa formando las lágrimas.
Unas
lágrimas
gruesas
y
abundantes
que
descienden
lentamente
son
un
signo
de
riqueza
alcohólica.
También
influye
la
presión
atmosférica,
temperatura,
movimiento
de
rotación
y
limpieza
de
la
copa.
Este
efecto fue explicado por Thomson en 1855, y lleva el nombre de efecto Mangoni. P
La cata y sus fases.
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